Hace 2 años tuve que hacer las prácticas en un colegio y elegí hacerlas en un primer curso de primaria porque me llamaba mucho la atención el proceso con el que los niños aprenden a leer. Pues, me acuerdo que mi tutora me dijo que en estos primeros años, más que lectura comprensiva, lo principal era que los niños afianzaran la mecánica de la lectura, es decir que aprendiesen a juntar correctamente letras en sílabas y sílabas en palabras. Y es precisamente por eso que en estos primeros años de escolarización muchos maestros aconsejan la lectura en voz alta en casa también: un ejercicio útil para todos los idiomas.
La semana pasada estaba en mi clase de inglés con niños de 3ro de primaria a los que les encanta cantar. Por eso nos metimos en la página del British Council donde hay un montón de vídeos de canciones con sus respectivas letras. Elegimos una que les llamó la atención y nos pusimos a ver y escuchar. Poco a poco, empezamos a leer en alto: 1 vez, 2 veces, 3 veces… Luego paramos el vídeo en cada linea y las íbamos leyendo en voz alta además de cantarlas (+2 veces). Finalmente volvimos a ver el vídeo sin interrupciones, cantando a la vez.
Mientras observaba a mis alumnos tan concentrados y sobretodo tan bien dispuestos a leer una y otra vez las letras de esa canción, me di cuenta de lo que estábamos logrando: practicar la mecánica de la lectura, sin aburrirnos. Y hablo en plural, porque siendo honesta, escuchar a los niños leer de sílaba en sílaba es una tortura, imposible negarlo. Nadie se entera de lo que se está leyendo, todos se distraen, y al final ¿qué conseguimos? Que nuestros alumnos no disfruten de algo tan imprescindible como es leer.
Así que me fui a casa pensando: si nadie lo hace en clase ¿estaré loca? Porque a veces nos dejamos llevar por lo que hace todo el mundo, y cuando crees haber descubierto algo brillante, pero no tan popular, la duda se te insinúa.
Por suerte, el año pasado repasamos el método científico entre cuyas fases se contempla buscar publicaciones y estudios sobre el tema a investigar y ¿lo adivináis? Encontré muchas evidencias de que no he sido la única en intuir que el Karaoke puede ser un instrumento valioso en clase.
Por ejemplo, la editorial Cambridge University Press tiene una página en la que ha publicado canciones y vídeos que mencionan el vocabulario de los tests YLE, Starters y Movers. Se llama Sing and Learn.
En la página de la editorial Scholastic hay el post de una maestra de EEUU que nos cuenta un poco su experiencia con la música para mejorar la fluidez lectora de sus alumnos, los cuales están deseando leer. Ella primero lee las letras con sus pupilos y luego escuchan la canción. Yo personalmente prefiero primero enganchar a los alumnos con la melodía y luego centrarnos en las letras. Pero como siempre cada aula es un mundo.
También os quería mencionar el programa Jolly Music© que está empezando a implantarse en España gracias a los cursos de formación que imparte Beki Wilson.
Por último os dejo unos artículos académicos para que podáis justificar en todo momento vuestras prácticas docentes alternativas 😉
Karaoke: A Tool for Promoting Reading
¿Buscas consejos para que también los niños un poco más mayores lean?
Pregúntale a Nancie Atwell .