En el post anterior sobre trabajo cooperativo se han mencionado los high order thinking skills, también conocidos como HOTS en el sector de la educación, los cuales se suelen mencionar en contraposición a los LOWS, o low order thinking skills. En realidad, como podemos observar en la imagen, ambos tipos de habilidades cognitivas aparecen a lo que se conoce como Bloom’s Taxonomy.
Los seis niveles son:

https://mayoazamacona.wordpress.com/2014/11/02/blooms-taxonomy/
Conocimiento: capacidad de recordar y reconocer hechos, información y habilidades.
Comprensión: capacidad de comprender, describir y comparar hechos, información y habilidades.
Aplicación: capacidad de utilizar la información, los conocimientos y los hechos adquiridos.
Análisis: capacidad de examinar la nueva información.
Evaluación: capacidad de valorar la información y las ideas.
Creación: capacidad de generar y diseñar nuevas ideas y conceptos.
¿Por qué es importante tener presente esta piramide a la hora de programar cualquier experiencia de aprendizaje? Porque representa los pasajes claves que nuestros alumnos tendrían que experimentar para llegar a desarrollar un aprendizaje significativo y, por lo tanto, permanente. A cada bloque de la piramide corresponden unos verbos ejemplificativos que nos ayudan en la labor de planificación y organización de las diferentes tareas y actividades.

En el PYP, a la hora de programar cooperativamente, tenemos muy presente esta taxonomía para acompañar a nuestros estudiantes hacía su aprendizaje autónomo, paso a paso, como postula la teoría del andamiaje de Vygotsky y, por ejemplo, si quiero introducir el tema de las fuentes históricas a mis alumnos de tercero de primaria lo haría usando algunas de estas actividades en este mismo orden:
Ejemplos de actividades en el nivel de REMEMBERING: evaluar los conocimientos previos, aprender de memoria la definición de ‘fuente histórica’, recordar los diferentes tipos de fuentes y algunas muy importantes para los historiadores, etc.
Ejemplos de actividades en el nivel de UNDERSTANDING: organizar diferentes fuentes por tipologías, hacer un esquema sobre las características de cada tipo, etc.
Ejemplos de actividades en el nivel de APPLYING: traer a clase diferentes tipos de fuentes históricas que nos pueden enseñar como vivían nuestros antepasados como padres, abuelos, etc. Entrevistar a padres, abuelos y personas mayores de la comunidad educativas sobre temas específicos.
Ejemplos de actividades en el nivel de ANALYZING: escribir una descripción de las partes de una de las fuentes encontradas, relatar cómo, dónde y por qué se usaba, si era fácilmente reperibile, su costo, y las diferencias con su versión actual. Averiguar si otros compañeros han traído objetos similares y comprobar diferencias y puntos en común. Diseñar un mapa mental sobre las fuentes y sus particularidades.
Ejemplos de actividades en el nivel de EVALUATING: formular un juicio sobre cuáles son las fuentes más atendibles o interpretar el significado de una fuente en relación a su entorno, etc.
Ejemplos de actividades en el nivel de CREATING: crear una presentación sobre las fuentes históricas analizadas, crear una línea del tiempo para ilustrar cómo ciertos objetos han evolucionado en el tiempo, montar un museo, etc.
Como os podéis imaginar todo este proceso -que se lleva de la mano también los diferentes tipos de evaluación, la personalización del aprendizaje, etc.- se podría aplicar a cualquier tema de cualquier asignatura que quisiéramos trabajar con nuestros alumnos; es más, a mayor edad y desarrollo cognitivo más complejas y exhaustivas pueden ser las actividades planeadas. Finalmente, os habréis dado cuenta también de como la necesidad de usar y desarrollar estas habilidades se relaciona estrechamente con el desarrollo de las competencias que prescribe el currículo; y es que, en efecto, si definimos una competencia como el conjunto complejo de conocimientos, habilidades, actitudes, valores, emociones y motivaciones que cada individuo pone en acción en un contexto concreto para hacer frente a las demandas peculiares de cada situación, automaticamente se nos va la mente al último peldaño de la piramide.
Por lo tanto, conocer y saber aplicar la taxonomía de Bloom se convierte en una habilidad necesaria para todo el cuerpo docente y no solamente para los que trabajamos en las escuelas IB.
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Hasta hace muy poco se consideraba el alumno como un receptor pasivo del conocimiento que se le transmitía en el aula o en casa. El profesor vomitaba nociones y el alumno las intentaba retener para volver a vomitarlas en un control periódico y así hasta la casilla de salida.
Cuando oímos decir que ‘no hay aprendizaje sin emoción’ se refieren a eso mismo, y está científicamente y ampliamente comprobado, otra cosa que se haya ignorado por practicidad. Como afirma
La
¿Qué mensaje les transmitimos? Muy bonita la historia del
Llevaba tiempo queriendo escribir este post sobre ‘readers’ puesto que uno de los pilares del aprendizaje (como os explicaré en mi próximo libro) es la lectura, aunque vivamos en una época algo complicada en relación a este tema. Como sabréis la lectura es la fuente número 1 de acceso independiente al saber, y no es casualidad que los primeros años de la educación obligatoria están volcados al aprendizaje de esta habilidad o ‘skill’. El dominio de cualquier idioma, materno y non, después de un primer acercamiento hecho de escucha y habla, pasa por el aprendizaje, el uso y la práctica de nuevas palabras, o vocabulario, y expresiones gramaticales.
En la enseñanza del inglés como segundo idioma, ESL, (o Foreign Language, EFL) además del manual escolar de gramática y vocabulario, es fundamental, a mi parecer, usar lecturas graduadas por diferentes razones:
Yo personalmente suelo usarlos bastante, a partir de segundo/tercero de primaria si mis alumnos atienden a un colegio bilingüe o a partir de cuarto/quinto de primaria en caso de estudiantes que atiendan colegios no bilingües, porque siempre llega un momento en el que los temas de conversación empiezan a ser los mismos y en segundo lugar para evitar pasarme la hora traduciendo* lo que no saben expresar cuando quiero trabajar sus ‘speaking skills’.
Pero lo más importante es que dependiendo del nivel, proponen temas que coinciden con los manuales escolares de inglés, sociales y naturales, y por lo tanto se convierten en una herramienta más de afianzamiento del idioma.
Ahora bien, tengo la impresión que, a pesar de las premisas AICLE, aún no se tiene muy claro cómo fomentar este aprendizaje. Desgraciadamente las listas de vocabulario copiadas unas cuantas y aburridísimas veces solo sirven, y tampoco siempre, para alcanzar cierta corrección ortográfica, cuando los objetivos de la asignatura Natural Science son aprender las ciencias naturales en inglés: los niños tendrían que poder expresar y exponer conceptos y hechos científicos en un inglés más o menos correcto, según el ciclo en el que se encuentren.
Eso puede sonar banal, pero si nos fijamos y observamos las dinámicas de clase nos podemos dar cuenta de que cuando lanzamos una pregunta en la mayoría de los casos prima la competición para contestar primero, y eso conlleva no tener tiempo para pensar en una oración entera: nuestros alumnos tienden a contestar solamente con una palabra. Por otro lado los ejercicios del libro tampoco ayudan mucho en ese sentido ya que la mayoría son de rellenar huecos o de contestar a preguntas eligiendo entre unas respuestas ya formuladas ¿Os podéis imaginar cuánto tiempo y atención dedica un niño a esos tipos de tareas después de 8 horas, o más, en el colegio?
La primavera es sin duda mi estación del año favorita. Tantas plantas, flores e insectos siempre me han inspirado ideas que pueden ser integradas en cualquier proyecto sobre la misma, tanto en las etapas de infantil como en las de primaria.


